En la era digital, donde la conectividad constante debería, en teoría, facilitar las relaciones interpersonales, ha emergido un fenómeno paradójico y perturbador: el ghosting. Este término, que proviene del inglés «ghost» (fantasma), describe la acción de cortar abruptamente toda comunicación con otra persona sin previo aviso ni explicación, convirtiéndose en un espectro digital que deja al otro en un estado de incertidumbre y confusión. El ghosting ha proliferado en las redes sociales, aplicaciones de citas y hasta en relaciones de amistad y laborales, reflejando cambios profundos en la forma en que interactuamos y gestionamos nuestras relaciones.